En el caso del agua, los consumidores pueden
decidir no comprarla embotellada, pero en el caso de otros productos muy a
menudo no existen alternativas,
ya que se venden únicamente envueltos en plástico. "Es manejable, ligero,
cómodo y barato: eso hace que sea muy conveniente", "Es muy
difícil hacer que la gente se preocupe por las cosas que no puede ver".
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