Eroski-Ramiro Varea.- Hace poco de la irrupción
del patín eléctrico en las grandes y medianas ciudades.
Pero ha sido tiempo suficiente para que se genere el debate sobre su
utilización y sus limitaciones. Sus defensores destacan las
virtudes de un vehículo que no genera gases contaminantes ni ruidos, no
provoca atascos ni problemas de aparcamiento, es barato y su mantenimiento
resulta sencillo. Sus detractores critican la
inseguridad vial que provoca tanto en peatones como en conductores, la escasa
regulación, la invasión de las aceras y la desincentivación del transporte
público.
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