En una era de propagación del odio y la impunidad, la Carta nos recuerda la primacía del estado de derecho y la dignidad humana”, enfatizó.
Pero no solo eso, Guterres indicó que los valores y objetivos de la Carta perduran, pese a encontrarnos en una época en la que predominan los cambios tecnológicos y las rápidas transformaciones.
“El arreglo pacífico de las controversias. La igualdad de derechos de hombres y mujeres. La no intervención, la libre determinación y la igualdad soberana de los Estados miembros”, enumeró entre esos valores.