El rediseño de
políticas de ciencia, tecnología, innovación y especialmente educación es
un reto que debe ser asumido por el Estado, pero también por la comunidad
educativa, la empresa privada, las organizaciones civiles afines y la
ciudadanía en general, pues se trata de áreas del conocimiento que, de no ser
reguladas cuidadosamente, pueden ocasionar grandes estragos en todos los
ámbitos de la sociedad.
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