La
inteligencia colombiana habría sido la primera en fijarse en las anomalías en
los gastos de Barrera y Rojas: las facturas y talonarios obtenidos por Avendaño
evidenciaron que se gastaban mil dólares en hoteles y discotecas por noche,
mil dólares en bebida y comidas, y también se dejaban grandes sumas en caras
tiendas de ropa de Bogotá y Cúcuta. "Reportes de
alquiler de vehículos y pagos en hoteles a sobreprecio. Plata que fluía. Mucha
plata", apunta el periodista.