Álvaro Trujillo-muhimu.- Típico. Después de un duro día de actividad, te metes en la cama, cierras los ojos y… No viene el sueño. Esa misma noche, tu cerebro ha decidido volverse troll. Y te recuerda esa noticia tan incómoda de tu amigo, el “tenemos que hablar” de tu pareja, la exposición que tienes pasado mañana y que aún no has empezado… Todo lo que ha permanecido callado durante el día, parece que nos grita al oído por la noche.
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