Para generar una grieta que tenga una extensión considerable sobre el yacimiento y que permita aumentar la capacidad productora, usualmente se utilizan volúmenes de fluido muy grandes, por lo general alrededor del 99 % de agua, con algunos aditivos químicos y arena, para facilitar la ampliación de las fracturas existentes en el subsuelo y liberar el gas o el petróleo.
Precisamente, este es el punto preocupante, pues como lo menciona Abel Naranjo, ingeniero de petróleos y docente de la Facultad de Minas con experiencia en redes de gas, teniendo en cuenta que se trata de demasiados fracturamientos, el procedimiento requiere altas cantidades de agua. Ver: AGUA